Al fin decidí dejar atrás los sueños en los que él estaba en mi vida.
No son reales.
Prefiero dejar de estar en contacto, no por no tener ganas de escuchar su voz... sino porque me hace mal.
Me siento mejor cuando no hablo con él.
Porque cuando lo hago, vuelvo a recordar que
nunca tendré su amor.
Y, por eso, prefiero olvidar, dejarlo atrás,
y con ganas de empezar un nuevo amor.